miércoles, 10 de noviembre de 2010

19 y 20 de diciembre de 2001

Por Claudia Antonella Pace
Taller de Comprensión y Producción de Textos II
Año 2010


Durante la crisis económica y política de 2001 tenía 10 años. Recuerdo que el 19 de diciembre de 2001 estaba con mi mamá y mi papá mirando por televisión los saqueos en buenos aires. Ellos hablaban y se asombraban de lo que veían, yo tenía miedo. No entendía muy bien lo que pasaba pero lo que transmitía la televisión no me gustaba, me generaba angustia. Pasamos unas cuantas horas sentados en esas sillas bien pegados al televisor. Mi papá me mandó a dormir dos o tres veces, pero mi mamá me dejó quedarme “¿qué necesidad tiene de saber lo que pasa?, tiene 10 años no va entender, mejor que no sepa” decía mi papá
Finalmente me quedé dormida, aunque de vez en cuando abría los ojos y veía que ellos seguían con la misma cara de preocupación. Los ruidos de la tele se confundían con la voz de mi mamá hablando por teléfono con mi tía. La situación económica de la empresa de mi abuelo, en la cual trabajaba toda mi familia, estaba en un declive económico, como tantas otras.
El 20 de diciembre fue peor, cuando me desperté estaban todos en mi casa, sentados en la mesa del living, tomando mates. Mi abuelo trataba de explicarle a mi mamá que estaba a punto de perder las propiedades hipotecadas, que no podía retirar plata para el sueldo de los empleados, mi mamá no lo podía entender. En la mesa llena de papeles debatieron horas y horas sobre cómo salir adelante, por momentos parecía que todos iban a llorar o a saltar por la ventana del departamento.
Mi tía estaba posesionada viendo la tele y criticando al gobierno, a la política y defendiendo a la clase media como el resto de la gente que salía por la televisión. Y decía “¿qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a hacer?”, parecía una maquina. Después de algunos insultos al gobierno venían esas preguntas, después unas cuantas frases violentas contra el ANSSES, PAMI y otros más que habían quedado debiendo y las preguntas nuevamente.
Esa noche me fui a dormir a mi pieza, era tarde, seguían tomando mates y todavía no había respuestas para las interrogaciones de mi tía. Por momentos tenía miedo de que ella retome su idea de irse a vivir a Italia, o peor, de que todos tengamos que irnos a Italia. No es fácil enfrentar una crisis de ese tipo con 10 años, porque uno no se entera lo que pasa y es feo no saber.

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