jueves, 10 de septiembre de 2009

Eterno

Por Nahuel Ortíz


Para los que fueron y volvieron, para los que fueron y todavía están allá y para los que volvieron, pero que sin embargo, se quedaron...


A veces creo que no soy quién para hablar de la guerra, que sólo los que murieron estuvieron ahí, pero no es asi. Todavía, tantos años después, la siento en el silencio; olor a cigarrillos, mates, sangre.
Es como poner el oído en un caracol, ese ruido a mar, sólo que mi caracol es el silencio y mi mar son estruendos, son gritos, dolor.
Yo estuve en la guerra, ahora estoy acá, tengo hijos, mujer, amigos y recuerdos. Tengo caras, muchas caras, retratos en mi cabeza de pibes con tres pelos en la barba, no tengo mi imagen. Poco a poco se van borrando, los nombres, las caras. A veces antes de dormir cuando se apaga la luz repaso; ¿Cómo se llamaba el morochito? Ese, el rosarino... Todavía no me sale. ¿Dónde estará? Prometo acordarme. Si recuerdo todavía está, va a seguir ahí. No hablo de ellos, ni de lo que hice, ni de dónde estuve ¿para qué? No se le pueden poner palabras, sería restarle importancia. Qué palabra se utiliza para describir la emoción que sentíamos cuando la ropa estaba seca, o cuando el sol salía y calentaba las piedras alrededor, o la muerte, cómo explicar lo que es la muerte o lo que dejó de ser para nosotros. Entonces me callo.
Años, muchos años, tantos que me parece que no recuerdo cómo era antes, supongo que es el tiempo. Será que ahora entiendo que un año vale cien, que un día puede ser eterno, que la eternidad está en un momento, se guarda, espera y ataca. Te encuentra, en la casa de tu vieja, leyendo, tomando mate, es un timbre, son diez pasos, es una cara que te dice que tenés que ir y ahí está tu eternidad. Esa fue mi guerra, fueron mis días que duraron toda la vida.
De a ratos vuelvo, estoy ahí de nuevo, cuando miro fijo algo y dejo de verlo, los que me conocen saben donde estoy y me dejan que vaya por un rato, pero sé que en el fondo temen que me quede, pero no me puedo, estoy acá.
Muchas veces me preguntan cómo quedé después de la guerra y la verdad es que no sé cómo ni por qué, pero quedé y para mí es suficiente. Ahora tengo hijos, mujer, amigos y recuerdos.

9 comentarios:

  1. Muy bueno Nahuel! felicitaciones...

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  2. Excelente... estoy bastante impresionada, no sé qué cercania tiene el autor con la guerra, o qué es lo que vivió, pero yo sé cómo es vivir con alguien ausente, mi viejo combatió en Malvinas. La verdad, felicitaciones! mucha calidad

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  3. Me parece el mejor texto de toda la página!!
    Felicitaciones!

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  4. De lo mejor que leí po aquí, felicitaciones! espero leer algo tuyo de nuevo en esta pag. Saludos!!

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  5. Es el cuento con más sentimiento que leí en esta página. No vayas a creer que lo digo sólo porq te quiero!!!

    Está bárbaro enserio, pendejo talentoso!!
    Escribí más más más

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  6. Muy bueno en verdad, transmite mucho. Dale para adelante. Marcos

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