jueves, 3 de diciembre de 2009

La ausencia del amor (Crónica de un hombre con alma)

Por Hugo Heber González

Taller de Comprensión y Producción de Textos II

Extensión Formosa

La vida ha cambiado mucho desde aquel lejano 1999. El hombre busca satisfacer otras necesidades. Hoy, tres mil años más tarde, el hambre y las enfermedades son fenómenos del pasado. Grandes rascacielos de plata se levantan sobre etéreos autos de asombrosa velocidad y robots de miradas lumínicas que invaden las transparentes calles de micro fibra de petróleo. Nahuel es un hombre que logró traspasar la época. Transgrede las normas de su tiempo. Hasta su nombre es antiguo. Es el clon perfecto de su padre, el fallecido científico español que diseñó el gen para mantener los sentimientos humanos por encima del microchip que el Gobierno implantó. Proyecto que fue rechazado, pero que realizó, ocultamente, en su hijo.

No hay indigentes en la calle, al menos durante el día. Esto le permite caminar con libertad. Compra una diminuta tableta de píldoras para el apetito y entra a la empresa de Comunicación Láser LV-X, donde trabaja. Nadie hace contacto visual. Todos se afanan en sus labores. El silencio es abrumador. Pasa seis largas horas en una burbuja metálica, frente a una pantalla de treinta y ocho pulgadas que tiene ciento tres teclados.

Las luces se apagan. Hora de irse. Afuera ve abierto un prostíbulo. Decide entrar y mientras se desnuda, una mujer de frías manos le pide que se coloque unos censores en los dedos y un casco lleno de cables en la cabeza. Éstos se conectan a su cerebro a través de un novedoso sistema satelital. En cinco minutos tiene un orgasmo, pero no tuvo contacto físico con ella. De su tarjeta de plástico salen sesenta pesos.

Cruza la avenida Urb-27, los vigilantes de acero sobrevuelan el lugar. Es que durante la noche aparecen los marginados habitantes subterráneos. Pero un rayo de fuego los desintegra totalmente. No quedan rastros. Son los que quedaron de la primitiva época de vida.

Pero el Nuevo Estado no puede ofrecerles soluciones. El sorprendente avance tecnológico los dejó sin trabajo, porque fueron, irremediablemente sustituidos por aparatos y artefactos que se controlan desde el espacio. Las naves que estudian a Saturno como futuro hábitat tienen el dominio sobre el campo laboral científico. Los ordenadores YV-SM no escatiman el dolor de la raza humana que quedó sin recursos económicos. Solo esperan a que mueran para que un Limpiador Químico- Magnético los elimine poco a poco.

No hay embarazos en esta nueva era. Los niños que nacen son por inseminaciones artificiales o clones de padres sanos. Son mantenidos en grandes depósitos climatizados y alimentados por mecanismos biónicos de inteligencia aplicada. Ven la luz recién a los veinte meses. Pero tienen prohibido recibir muestras de afectos para no crear lazos de debilidad humana.

Nahuel presiona un botón verde y su departamento se abre. Un plasma XD-C conectado al portero del edificio enciende las luces y su televisor. Piensa y reflexiona... asume que nadie ha hablado con él en todo el día, que sólo conoce personas en su trabajo. No tiene amigos. Y los que tenía han desaparecido. En la ciudad nadie ayuda al necesitado. Es más, lo ignoran. Las personas no se demuestran afecto ni cariño. Sólo mantienen relaciones por compromisos laborales. Todos cumplen un único rol. Y nadie sale de ese perfecto esquema. Es el precio del avance técnico y científico.

Se siente raro. Triste. Vacío. Solo. No sabe que es porque tiene en su cuerpo un cromosoma genético que le permite mantener sus sentimientos a flor de piel, sus inquietudes espirituales en completa armonía con su mente. Puede percibir el dolor ajeno y hacerlo propio. Se siente vacío. Pero, ignora que esto lo llevara a su destrucción. Necesita ser como los que están vivos. Fuerte, inescrupuloso, exacto, inconciente, egoísta, avaro en su sensibilidad, mezquino en sus naturalezas. Por eso tiene el presagio de una inminente muerte. No logrará sobrevivir.

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