miércoles, 10 de noviembre de 2010

Buenos Aires, República Argentina
27 de marzo de 1977

Estimado Señor Rodolfo Walsh:
Con motivo de responder a su ofensiva publicación epistolar, esta Junta de Gobierno se dirige a usted con el fin de desmentir la cantidad de calumnias que ha incluido en la misma, no porque nos sintamos bajo la obligación de contestarle a un escritor de escasas aptitudes y de tendencias subversivas, sino por el respeto que hemos demostrado tener hacia el conjunto de la ciudadanía durante este primer año de gobierno. Por lo tanto, contestaremos punto por punto cada uno de sus desaciertos, persiguiendo como único objetivo la demostración de que sus denuncias no podrían estar más alejadas de la realidad.
1) En primer lugar, lo que usted llama censura no implicó otra cosa que un necesario control de una prensa injuriosa y terrorista, que llegó al punto de poner en peligro la seguridad nacional. En segundo lugar le rogamos que no confunda los hechos: este Gobierno y el peronismo sólo han compartido un momento de recambio. Un momento en que un movimiento en decadencia llegaba a su fin, para dar lugar a un auspicioso Período de Reorganización Nacional que se iniciaba como respuesta a un reclamo de un gran sector de la sociedad argentina; sector que hoy continúa apoyándonos.
2) La cantidad de desaparecidos que usted menciona resulta en una hipérbole que no encuentra correlato ni fundamentación concreta en datos en la realidad. Seguramente, y no hará falta que nosotros se lo remarquemos, será por esa razón que no logra hallar abogados defensores que se presten a defender los casos citados. En cambio, esta Junta sí posee evidencia que demuestra la participación de grupos guerrilleros en torturas y ataques a miembros de este Cuerpo.
3) Esta Junta no precisa dar a conocer nombres de personas que jamás existieron. Por consiguiente, el único que estaría recayendo en una burla que podría alcanzar un nivel internacional sería, nada más ni nada menos que el mismísimo escritor Rodolfo Walsh. Y le recordamos una vez más: nosotros sí podemos probar que nuestras bajas corresponden a lo especificado, y que han sido ejecutadas por los mismos grupos que desde hace años vienen atentando contra la seguridad nacional.
4) Su atrevimiento nos sorprende de sobremanera. No hemos recibido denuncias del tipo de las que usted vuelca en su carta ni por parte de nuestra hermana República Oriental del Uruguay ni de ninguna de las otras jurisdicciones mencionadas. Así es que lo conminamos a cuidar sus afirmaciones y respetar la autoridad institucional como lo haríamos con cualquier otro ciudadano.
¿Cómo se le ocurre siquiera pensar que en una comisaría dependiente de esta Autoridad se ignoraría semejante presentación? ¿Qué clase de ridícula idea lo lleva a relacionar a esta Junta de Gobierno con una organización tal como la CIA? Su declaración nos insulta y pretende rebajar el poder de todas las instituciones dependientes de este Gobierno, y eso es algo que no estamos dispuestos a aceptar.
5) ¿Qué puede entender un escritor de bajo vuelo de la aplicación de medidas económicas que llevarán a una Nación entera a la prosperidad futura? ¿cómo logra comprender la necesidad de sacrificios en el presente para redundar en un beneficio colectivo en un porvenir no tan lejano? ¿Tiene algún sentido explicarle lo que significan las estadísticas y los datos reales a alguien que jamás sabrá interpretarlos?
6) Retomando lo expuesto en el punto anterior, percibimos que resulta complicado para ciertos seudo intelectuales comprender el complejo funcionamiento de la Economía en la cotidianeidad de un país. Sin embargo, lo invitamos a investigar en mayor profundidad las razones por las cuáles hemos recibido el apoyo de prestigiosas entidades tales como el Fondo Monetario Internacional o la Sociedad Rural, y confiamos en que el tiempo y el entendimiento podrán ayudarlo a clarificar, por ejemplo, porque quién apuesta a la inversión gana en instancias tales como las ofrecidas en la Bolsa de Comercio.
Y por último, y no por eso menos importante, le recordamos que si su compromiso como profesional consiste en dar testimonio de la realidad -sea cual fuere la coyuntura atravesada, según sus propios dichos- se esfuerce por realmente cumplirlo. Aún si en esa tarea debe usted dejar su vida.
Sin más, lo saluda atentamente,
Junta de Gobierno de la Nación Argentina.


Por Luciana Marro
Taller de COmprensión y Producción de Textos II
Año 2010

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