sábado, 29 de octubre de 2011

El mundo en treinta años

Gloria Piedad Castillo
Taller de Comprensión y Producción de Textos I



Es mi cumpleaños cincuenta y siete y paradójicamente dos de la muerte de mi mujer. Fuimos un matrimonio convencional de lo que, en ese entonces, era el tercer mundo. Éramos dos latinoamericanos residiendo en África, lo que empezó como un viaje de una loca juventud, se instauró como nuestra forma de vida. Ahora estoy solo, sólo yo.
Hace treinta años, cuando la conocí, el mundo era muy diferente. Estados Unidos y los países europeos conformaban las superpotencias mundiales, hoy ni siguiera residuos de eso son. Ya en el 2024, la crisis mundial por el agua mermó la población global; las epidemias, la falta de alimentos convulsionaron el planeta. Los países ricos, lo eran, pero por la acumulación de capital, los pobres, ricos en biodiversidad, estaban casi hipotecados por las deudas externas. Pero para este año se dio lo impensado: la unión latinoamericana. Dos países de América conformaron un bloque sólido en el que primaban la suma de la diversidad en recursos naturales y sobre todo de las pocas fuentes hídricas del mundo. Éramos casis los dueños del mundo, algo que mis padres no alcanzaron, tal vez ni a sospechar como real.
¿Por qué terminamos en África? Porque en su juventud se exacerbaba el sentido de la solidaridad. África y parte de Asia meridional no sólo eran continentes pobres en capital, sino también en recursos naturales. Es cierto que había yacimientos de carbón y biocombustibles, pero la crisis del agua, estos recursos pasaron a ser casi…nada.
Llegamos a Loki en el 2027, en mismo año en que naciste, hijo, por primera vez me arriesgo a llamarte así después de tantos años, de tanta ausencia, pero retomo lo que estaba diciendo. Contesto tu carta contándote cómo era todo antes y, lo más extraño para mí, es esto, volver a escribir en un papel. En mi juventud toda la comunicación estaba mediada por la tecnología, un e-mail estaría en lugar de este papel y pero cuando el mundo se convulsionó por la crisis, la primera estrategia de los países desarrollados fue cortar la comunicación, cerrarnos los contactos, detonadores de la unión de la región que antes señalaba.
En el pasado, el agua se desperdiciaba y era un hábito bañarse, al menos una vez, al día; a veces en las mañanas las calles se limpiaban con agua, no como ahora y, como resultado, este es el mundo en el que te tocó vivir. Lo siento. Tu madre y yo sumamos esfuerzos, pero no estábamos solos en esta tierra. Sigo en Loki, hijo, y espero que vuelvas, pero que antes el gobierno te otorgue el permiso de tener el hijo que querés, cosa tan increíble para mí. Antes no existía control de natalidad por parte del Estado, pero ya ves, el planeta se agotó.
Hubiera querido que tuvieras un mundo mejor, pero se me escapó de las manos.
Espero verte pronto. Tu padre.

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