jueves, 19 de mayo de 2011

Indios Kilmes

Federico Molinari
Taller de Comprensión y Producción de Textos
Tecnicatura en Periodismo Deportivo


Armando González era una persona infinitamente rica. Constructor de edificios, su empresa era notablemente exitosa. Pero en la vida, el dinero no lo es todo, y la obsesión de Armando era visitar el Valle Calchaquí, bastante inaccesible debido a la presencia de algunos pueblos originarios que aún mantenían su lucha por las tierras que les pertenecían.
El lugar es una gran extensión de montañas y terrenos áridos, que están en su gran mayoría deshabitados. Escenario muy bello de la naturaleza, es difícil acceder por las pocas vías de transporte que hay hasta allí y, por otro lado, por la presencia de los indios Kilme, tribu nativa que resiste hace más de 500 años.
A Armando le fascinaba la historia de estos indios, que habían sido sometidos por los conquistadores y obligados a arrastrarse hasta donde hoy se ubica su ciudad de Quilmes. Por este motivo los indios tenían cierto recelo al hombre blanco, por toda una historia de maldades e injusticias en su contra.
Finalmente, luego de haber investigado y establecido algunos contactos, González se dispuso a realizar el tan ansiado viaje. El hombre no era muy adepto a las tecnologías y a las casas modernas, por lo que decidió hacer su aventura en bicicleta.
Pero vaya paradoja sufriría este sujeto. Gracias a un celular que había escondido su hija en el bolso de viaje, Armando se pudo comunicar con el auxilio necesario para asistirlo en el medio del desierto. Había pinchado una rueda de su vehículo, justo cuando el objetivo se acercaba, cuando el Valle se asomaba imponente, majestuoso mientras el sol comenzaba a caer detrás de uno de los cerros más altos. La expectativa embargaba el cuerpo entero de aquel hombre, que se encontraba tan cerca de cumplir su máximo deseo.
De repente, apareció un hombre llamativamente vestido, se aproximó y le habló con un idioma inentendible. González le preguntó qué había dicho, y el individuo le contestó – Bienvenido a la ciudad sagrada de los indios Kilmes.

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