martes, 31 de agosto de 2010

Periodismo, política y compromiso

Arrojar cascotes al espejo de las aguas
Por Rocío Grucci
Taller de Comprensión y Producción de Textos II
Año 2010

Con el tratamiento de la Nueva Ley de Servicios Audiovisuales se empezó a alumbrar la cadena de mandos que conlleva la noticia que está impresa en los diarios o que se ve y escucha en el televisor y la radio.
La información es una pieza del entramado de poder. La construcción de una noticia está influida por innumerables factores económicos y políticos que pueden converger en manipulación. Además, la concentración de la información en pocas manos favorece a la utilización de esta o las producciones como mercancía, quitándoles contenido y valor cultural.
Mostrar un recorte de la realidad es lo que hacen e hicieron los medios de comunicación a lo largo de la historia, pero detrás de lo que se ve muchas cosas quedan fuera. Es necesario preguntarse cómo y por qué se ve, o quién lo está diciendo.
La ley fue llamada “ley K”, “ley mordaza” y calificada de muchísimas formas por los grandes medios a los que por su conformación monopólica afecta directamente. Con estos términos se buscó proyectar en la opinión pública la idea de que la normativa atentaba contra la libertad de expresión y que era parte de un ataque de los Kirchner contra el grupo Clarín.
A modo de instalar estas preconcepciones nunca se planteó puntualmente cuáles eran los puntos principales de la ley, sólo se catalogó el proyecto.
En contradicción, la libertad de prensa que supuestamente se perderá se encuentra dentro de un campo comunicacional, desde los años 90, manejado por grandes multimedios con más de un 75% de la información en su poder y una expansión permanente.
A pesar de todo, la ley de medios ha generado dudas. Los televidentes y los oyentes ya no creen ciegamente en lo que escuchan y ven. La gente cuestiona el discurso de los grandes medios. Los mismos medios con su defensa ciega de la ley de la dictadura han ayudado a que las dudas se expandan y sobre este espejo de agua que parecía cristalino, entre un cascote que revolucione las formas de mirar. Desde el tratamiento de la ley cada palabra que aparece en un diario, en un programa de televisión o en una radio es observada con más atención, es analizada y objetada. El público ha comenzado a vislumbrar que esta situación reduce las miradas que los medios audiovisuales ofrecen, ya que su posesión circula siempre en los sectores con más poder económico, y que no permiten la inclusión de medios alternativos o pequeños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario