lunes, 30 de agosto de 2010

Emma Zums

Por Andrea Sayavedra
Taller de Comprensión y Producción de Textos II
Año 2010


Emma Salió corriendo desesperadamente del despacho de Arón Lowenthal. En su apresurada huída no vio que, escondido detrás de una escultura, se encontraba José Solís, empleado de confianza de Lowenthal.
La joven caminó hasta la ciudad donde tomó un taxi. Se sentía intranquila, cada minuto que pasaba era una tortura para ella. Comenzó a pensar que el revólver y sus huellas habían quedado junto al muerto. Que esas dos detonaciones, seguramente, fueron escuchadas por alguien que andaba cerca del lugar.
Llegó a su casa, abrió la puerta y el teléfono comenzó a sonar. Su corazón parecía que iba a detenerse. Sus manos temblorosas levantaron el tubo. Del otro lado de la línea un silencio sepulcral. Cortó y enloqueció en llanto y terror. A partir de allí supo que alguien conocía su verdad; ella era una asesina.
Solís, luego que Emma saliera corriendo del despacho de Lowenthal entró, tomó el arma con un pañuelo y le quitó todos los objetos de valor que el muerto tenía con él. Conocía bastante a Emma y se sentía feliz de tener este as en su manga, puesto que nunca le había caído bien la joven empleada. Detestaba su origen y religión, pero la deseaba de manera enfermiza.
Durante varias semanas la llamó y sobornó de todas las maneras posibles. La citó en una vieja plaza cercana. Cuando se encontraron, con la misma arma con que ella había matado a Lowenthal, le apuntó y la condujo a la parte más agreste del lugar.
Fue allí donde Solís abusó una y otra vez de Emma. Cuando la noche se aproximaba le hizo tomar un taxi hacia su casa. Al llegar Emma Zunz comenzó a prepara una vieja maleta que había pertenecido a su padre. Cargó todo en ella y envuelta en un llanto silencioso cerró con llaves la puerta principal.
Esa fue la última vez que puedo verse a la joven. Varios curiosos comentan haberla visto caminando por las calles de un pueblo lejano, abstraída o demente. Otros creen que su dolor fue tan grande que decidió reencontrarse con su padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario