domingo, 17 de junio de 2012

Tiempos de verdadera patria argentina

Sara Weimann
Taller de Comprensión y Producción de Textos II

¡Amigos y compañeros! Déjenme decirles esto por favor. Porque ya no puedo ver caer otro de nosotros, porque ya no aguanto más ver la explotación que están sufriendo nuestros niños y mujeres que deben someterse a la misma crueldad que nosotros. No por necesidad solamente, sino por compañerismo y orgullo, porque estoy cansado de vernos desmayar del calor o el frío, del hambre y la sed; porque ellos consideraron que nuestro trabajo no fue suficientemente bueno, que la cosecha podría haber sido mayor, como si nosotros decidiéramos sobre el viento y las lluvias que azotan nuestras tierras patagónicas.  
Yo recuerdo aquel día que arribé a estos desiertos ventosos con promesas de bienestar como cada uno de ustedes. Pero esto ha sido todo lo contrario, porque superado el centenario de nuestra nación, esa Argentina próspera, solidaria y moderna no existe salvo para aquellos de la gran Buenos Aires. Y, compañeros, parece que los patrones no se dan cuenta de eso. Esto no es Buenos Aires, esto es el sur, es trabajo y sacrifico para sobrevivir y hacer próspero el país. Porque nosotros, los trabajadores, somos los verdaderos responsables de hacer que este granero del mundo funcione y crezca; nosotros tenemos el poder para que funcione. Pero, entonces, ¿cómo es? ¿Nosotros debemos hacer que la Argentina prospere sin que prosperemos nosotros, nuestras familias, sin poder garantizarles bienestar a nuestros hijos?
 Pedimos nada más que lo que nos corresponde, lo que merecemos por despertemos con el sol y abandonar las tierras entrada bien la noche, casi siempre sin un plato de sopa en la mesa, y con los pies congelados de haber andado en las montañas días enteros. 
Por eso es hora de avanzar, vayamos a conseguir lo que es nuestro. ¡Esta vez no van a poder desoír nuestro reclamo! Y llegaremos hasta donde sea necesario, y si uno de nosotros duda, allí al lado habrá otro que lo sostenga, que le recuerde cuál es su lucha y cuál será el resultado. Porque ya no vamos a recibir mediadores mediocres que apenas conocen nuestros reclamos y nuestra vida, que apenas saben lo que es la esencia del campo.
Yo sé lo que quiero para nosotros: un techo, una comida, un abrigo decente y una paga digna que no haga sentirnos orgullosos de pertenecer a estas tierras, de ser argentinos.
Yo quiero un bienestar que nos permita disfrutar del atardecer y el viento. Que nos permita vivir y no sobrevivir. Porque esto no es la Argentina, amigos y compañeros, es en lo que la trasformaron aquellos ignorantes poseídos por la codicia y sumidos en la ignorancia. Pero estamos a tiempo, y ese tiempo es ahora ¡plantémonos antes esa codicia! ¡Hagamos una patria libre, hagamos un país más justo, y una Patagonia digna!

No hay comentarios:

Publicar un comentario