jueves, 8 de julio de 2010

Una más del montón

Por Agustina Villalba
Taller de Comprensión y Producción de Textos II
Año 2010


Era la cuarta noche que pasaba en vela. Una y otra vez las mismas imágenes penetraban en su cabeza. Su primer hombre, el asco, ella sosteniendo el revólver, la muerte. Ahora cada día era una mentira. En la calle, todas las miradas eran de lástima y al mismo tiempo, de condena.
Ya nadie la miraba a los ojos, eso implicaba ver a una mujer sucia y además, asesina. Emma había dejado de ser una más del montón para convertirse en las sobras, en lo que no valía la pena ni guardar.
La venganza de su padre le había hecho sentir lo que era la justicia, sabía que ahora él descansaba en paz. Ella era el problema, desde aquella noche, se había convertido en el fiel retrato de su padre. Los disparos le habían robado sus momentos felices, sus días en los que nada ocurría más que algún simple altercado en la fábrica.
Cada mes, cada año que pasaba, Emma se alejaba aún más de lo que alguna vez había sido su vida. Varias noches empacó todas sus cosas para empezar de nuevo en otro lugar, pero cuando el sol salía, el futuro se tornaba más real y sus sueños de una vida nueva quedaban atrás. Luego el arrepentimiento la invadía y solía lamentarse, no por la muerte de de aquella noche, sino por no tener el coraje de su padre para dejar todo y comenzar de nuevo muy lejos de allí.
Durante el invierno que siguió, las cosas se volvieron aún más negras para Emma, las miradas de desprecio habían desaparecido y ahora las sucedían las no-miradas. Nadie reparaba en ella. Se había convertido en una más del montón, era parte de aquellos por los que no valía la pena siquiera voltear la cabeza.
La noche del domingo, luego de una extensa cadena de plegarias, decidió tomar coraje y actuar como su padre. Al igual que en tantas otras ocasiones, las valijas y un par de cajas estaban junto a los escalones del zaguán, Emma pensó que sería más fácil para quien viniera que todas sus cosas estuvieran ordenadas, listas para regalar. Aunque según cuentan, el lunes por la tarde todas sus cosas fueron quemadas y la casa quedó abandonada, al menos por un largo tiempo.

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