miércoles, 28 de noviembre de 2012

El globo se pincha

Pedro Piñero
          Taller de Producción y Comprensión de Textos II

Los cánticos se agudizaban. Se oían desde un perímetro de 500 metros a la redonda. La banda azulgrana venía copando las calles a lo largo y a lo ancho. Con rojos vivos y azules marinos se exhibían las prendas de los simpatizantes.
El vino y el porro recorrían las manos de cada uno de los hinchas en el condecorado ritual previo. Grandes banderas alzadas en el aire detallaban el incondicional apoyo al club que venia luchando el campeonato.
Cada paso próximo a la cancha alteraba el deseo de ganar y proclamarse campeones invictos como los carasucias de los años 70.
Del otro lado de la cancha, sobre la Avenida La Plata venia entrando la banda del globo. Hundidos en el fondo de la tabla, llegaban con la ilusión de destronar al puntero y convertirse en el verdugo de la contienda.
Los ánimos en las dos hinchadas era totalmente adverso. Los de Boedo ingresaban al estadio con el pecho inflado. Llenos de confianza y estimulados por la seguidilla de partidos ganados, se proclamaban como triunfadores.
Huracán mostraba la contratara. Dolidos por haber sido derrotados los últimos tres cotejos por rivales directos de la promoción. Se hallaba en la posición mas baja del torneo. Coqueteando con el fantasma de la B y con pocas expectativas estaban allí, bancando al equipo de Parque Patricios.
Con el transcurso de los minutos la previa se calentaba cada vez más. Una vez dentro de la cancha los hinchas ubicados en contraposición exclamaban frases típicas hacia los rivales como “pechos fríos”, “sin aguante” y demás barbaridades que fueron censuradas.
Los jugadores acababan de saltar al campo. Los árbitros se ubicaban en sus posiciones y los técnicos desde el banco esperaron ansiosamente el pitido inicial que sentenciaría la historia.


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