María Laura Figlioli
Taller de Producción y Comprensión de Textos II
La revolución es, según el cristal con que se la mire. La revolución es
rock, es música; la revolución es lienzo, acuarela; la revolución es historia y
presente; la revolución es acto, y en cada acto, hay trazos que van marcando el
ritmo de los bandos de la gloria.
Brindo por los artistas que reflejan
en su obra el sabor exacto de la revolución, por quienes adosan a la lógica del
arte, la lógica de la trascendencia. Porque revolucionar es haber sido capaces
de cambiar; de entender; de aceptar.
Revolución es haber cambiado el
mundo, la mirada, la condición. En cada artista hay una búsqueda pacífica de lograr
un efecto, y es justamente que la persona que se deleite de la obra del autor o
que al menos sólo la haya teniendo ante si,
ya no sea exactamente el mismo que era antes de toparse con ella.
Nadie es igual, ni escasamente parecido a ese mismo ser que era antes de
conocer una canción, una pintura, una película…porque esa pieza ha cambiado su
presente, incluso su forma de percibir en el futuro y también de conciliar su
pasado.
Porque ya nada será igual; porque todo cambia constantemente, porque el
mundo ha dejado de ser el mismo una y otra vez: ¡No hay revolución sin arte!
¡No hay arte sin revolución!
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