miércoles, 28 de noviembre de 2012

Un día de casi vacaciones

Victoria Sharry
Taller de Comprensión y Producción de Textos II

Hoy me levanté para ir a la escuela y papá aún estaba en casa durmiendo. En el camino, mamá me explicó que no tenía más empleo porque su jefe era malo y no lo quería en su empresa. También me pidió que por eso trate de entender y no pida tantas cosas porque por un tiempo no podrían comprármelas. Lo primero que pensé fue en mis figuritas, me entristecí al pensar que no iba a poder llenar el álbum. Ese día tampoco me dio monedas para el recreo porque me dijo que había que achicar gastos. “¡Qué injusto!”,  pensé.
De regreso a casa vi a mi madre algo angustiada. Seguramente estaba triste porque mi papá ya no tenía trabajo, algo que yo no comprendía porque, de ser así, sería algo muy bueno ya que compartiríamos mucho más tiempo los tres, y podríamos jugar y divertirnos todo el día, sin tener que acostarnos temprano porque al otro día “papá trabaja”.
Ya en casa, esperaba que papá nos esperara con una gran merienda, pero no fue así. Estaba aún con su ropa de dormir y tirado en un sillón. No me agradaba. Siempre quise que no trabaje tanto y que podamos compartir tiempo juntos y jugar, pero no se lo veía con ánimos de hacerlo y eso no me gustaba.
Después de tomar la merienda y mirar un poco de televisión, mi mamá me recordó que, por estar cercanos a la fiesta de navidad, en el colegio me habían encomendado hacer una carta a Papá Noel. No quería juguetes, ni figuritas, sólo pedí le devuelva la sonrisa a mis padres.

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