lunes, 20 de junio de 2011

El descubrimiento del gaucho

Matías Mybourgh
Taller de Comprensión y Producción de Textos II


El texto de José Hernández, relata en forma de poema la vida del gaucho Martín Fierro, en un contexto en el cual éstos eran subestimados por el poder de turno. “¿Quién aguanta aquel infierno?/ y eso es servir al gobierno/ a mí no me gusta el cómo”, proclama un fragmento de las obra de Hernández, denunciando así claramente la falta de atención y la utilización y el aprovechamiento que sufría este sector por parte de las autoridades.

A lo largo del relato, se justifican las diferentes prácticas que Fierro fue adquiriendo en su travesía hacia la frontera, donde tuvo que enfrentarse con los indios. También el autor cuenta la serie de injusticias de la que fue víctima. “Yo primero sembré trigo y después hice un corral, / corté adobe pa un tapial, hice un quincho corté paja… / ¡La pucha que se trabaja / sin que larguen ni un rial!”

Las condiciones de los gauchos en ese contexto eran insalubres: había escasez de comida, de armas y, sobre todo, de dinero.

Las vivencias y sentimientos atravesados por Martín Fierro generaron que éste, que antes era “manso”, se volviera gaucho matrero.

Los gauchos eran explotados; no tenían derecho a tener tierras ya que éstas les eran expropiadas y en muchos casos eran obligados a votar a favor del poder de turno.

Martín Fierro, asimismo, reflexiona y toma una posición concreta: “Yo he sido manso, primero/ y seré gaucho matrero/ en mi mal tal profundo; / nací y me he criao en estancia,/pero yo conozco el mundo”. Esta frase da muestra de la única opción posible para poder vivir de manera digna y considerada.

El personaje se encuentra en una disyuntiva: o ser empleado del gobierno y vivir en condiciones precarias, o salir a matar para ganarse el respeto propio.

Fierro es perseguido por la policía, mientras fiel a su espíritu nómade sigue yendo de un pago a otro. “Y al campo me iba solito,/ más matrero que el venao”, expresaba el protagonista de la obra de Hernández. Además, en cada vivencia resaltaba que ya tenía conocimiento del mundo y mostraba menos arrepentimiento frente al hecho de haberse hecho matrero.

Este proceso no solamente lo vivió Martín Fierro: su amigo Cruz también fue víctima del poder de turno, al no tener otra opción que transformarse en policía.

Se puede ver en la obra que el gaucho Marín Fierro siempre fue conciente de lo que le estaba sucediendo. En este relato, José Hernández cuenta las desigualdad y la opresión que sufrían los gauchos. Por ende, la única salida que tenía Fierro para reivindicar su imagen era la de transitar la llanura en soledad buscando reafirmar su identidad: la del gaucho argentino.

Hernández deja en claro esto en los últimos versos de “La ida”, en la voz de Fierro: “Pero ponga su esperanza en el Dios que lo formó;/ y aquí me despido yo,/ que he relatao a mi modo/ males que conocen todos/ pero que naides contó”.

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