domingo, 12 de junio de 2011

Liberar para sobrevivir

Agustín Secreti
Taller de Comprensión y Producción de Textos II


Una noche como cualquier otra, que sólo presagiaba aburrimiento y pasividad. El frío afuera garantizaba el plácido refugio hogareño y quizás un café con leche por preparar.
De pronto, algo alteró la tranquilidad del momento. Varios pasos se acercaban rápidamente y la tragedia parecía aproximarse. Feroces animales, que estaban al acecho, salieron de sus escondites y se agruparon frente a mi hogar.
Las enormes fieras salvajes rugían furiosas y aparentemente tenían una víctima próxima a ser masticada. En ese instante, un sonido sacudió aún más la noche, que evidentemente ya estaba por demás tensionada. La puerta del jardín se había cerrado y las bestias, junto con su presa, se encontraban encerradas en una trinchera peligrosa.
Al asomarme por la ventana, quedé atónito luego de percibir una escena desesperante. Las bestias rodeaban a su indefenso objetivo, y la ejecución era inminente. No había tiempo de razonar y mi reacción no podía hacerse esperar.
Sin pensar, tomé un palo y a gran velocidad corrí entre las fieras, que prácticamente no notaron mi presencia. Con el palo ahuyenté a los animales, quienes se perdieron por las calles.
Una vida acababa de ser salvada y por fin podía jactarme de ser un verdadero héroe. Un gatito negro estaría agradecido por siempre, gracias a que evité que sea digerido por cinco perros hambrientos, que ya no volveré a encontrar.

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