domingo, 26 de junio de 2011

Mi abuelo, el carpintero

Nicolás Ferré
Taller de Comprensión y Producción de Textos
Tecnicatura en Periodismo Deportivo


Parecía que nunca terminaría. Pasaban las horas, los días, pero el encierro me agobiaba cada vez más y más. Sentía el pecho oprimido, el corazón tomado. Ya tenía los ojos cansados de derramar lágrimas de todo lo que había llorado. Pero al fin se acabó.

Todo empezó aquel otoño en la casa de fin de semana de mi abuelo. Él había fallecido, y decidí pasar unas vacaciones allí para salir de la rutina y descansar del estrés de todos los días.

Llegué por la tarde, descargué mis cosas y fui a buscar mi cena al pueblo. Al regresar a la casona empezó la situación extraña. Me senté en el sillón a leer un libro, y a medida que daba vueltas las hojas escuchaba el golpe seco de un martillo. No lo podía distinguir, el ruido de la hoja deslizándose en mi mano me dificultaba escuchar de manera clara el golpe. Algo no andaba bien a mí alrededor, o en mi cabeza. Los ruidos parecían venir del piso superior, pero cada vez que subía y entraba en la habitación, sólo se divisaban maderas y telarañas. Se repetía la situación cada día, se alargó mi paranoia durante todo un mes.

Un mañana me desperté con el afán de que los ruidos terminaran, y así fue. Por momentos sonaba extraño no sentirlos al dar vuelta la hoja. Luego de algunos días, mi novela se encontraba en el tapete del baño, 678 páginas para saber que ella estaba muerta y él también. Mi intriga seguía intacta, y entonces me animé a volver a la habitación. Al ingresar me sorprendí por lo que mis ojos destilaban, era un reluciente casi cegador. El olor insoportable, era casi primaveral como el viento para las ardillas. Una mesa nueva y reconfortante se encontraba allí en la habitación. Lo más curioso es que allí sólo había maderas húmedas y viejas, tiradas en el piso. Esto me trajo palpable y tangible el recuerdo de mi abuelo, el amor por su arte, y el por qué todos lo querían. Quedé paralizado, e incrédulo. En la mesa sólo apoyé una foto suya.

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