martes, 15 de junio de 2010

La dama de blanco

Por Iván Mercado

Taller de Comprensión y Producción de Textos

Tecnicatura Superior Universitaria en Periodismo Deportivo

Si lo dijeron en la radio, si salió en los diarios, debía ser verdad. No creo que el joven haya estado alcoholizado, decían que estaba seguro de lo que le había sucedido.

Un muchacho volvía a su casa después de haber conocido a una chica en el boliche. La dama le había pedido si la llevaba y él aceptó.

El vehículo se detuvo en una cafetería porque el joven debía despabilarse para conducir hasta su destino. L a muchacha bajó con él y ambos bebieron un café. Un accidente con la taza hizo que el vestido blanco de la mujer se manchara.

Continuaron el viaje, la chica iba indicando el camino. Todavía era de noche y entre un sendero de tierra rodeado por árboles, la dama dijo que se estaban acercando. Un cartel decía que se aproximaban a un cementerio.

Parecía una zona rural en medio de la ciudad. La neblina era espesa y no habían cruzado a nadie hacia un tiempo. Con razón la mujer le había pedido que la acompañen, el lugar era horrible y más para una joven.

Todo empeoró cuando cuando finalmente se aproximaron al cementerio. El muchacho estaba tan perturbado con su entorno que había dejado de hablar. Cuando giro para recibir más indicaciones de la chica, ésta ya no estaba a su lado.

Al día siguiente, el joven reportó lo sucedido. Sabía el nombre de la chica, cuando se lo dijo a la policía, se encontraron con que la dama había fallecido hacía tiempo. Esto llevó a los oficiales a continuar investigando. Consiguieron una orden y desenterraron el ataúd. El cuerpo estaba allí, con el mismo vestido y la mancha de café que describió el chico.

Ahora me encuentro trabajando. Llamaron a la agencia desde el mismo boliche del relato y, la mujer me espera fuera. Para que la identifique fácilmente, le dijo a la telefonista que llevaba puesto un vestido blanco y que su destino era una casa cerca del cementerio.

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